El espacio donde se desarrollan las relaciones sociales y los vínculos entre las personas es la comunidad, la cual se basa en la creación de acuerdos mutuos para asegurar la buena convivencia; así como en la generación de compromisos, los cuales tienen el objetivo de echar a andar lo acordado y de esta manera lograr las metas propuestas. Una comunidad puede entenderse como el conjunto de personas que cuentan con relaciones de vecindad, organización, culturales, religiosas y cualquier relación que genere acuerdos de convivencia.
El conflicto es inherente a las relaciones humanas, las cuales son complejas y únicas. Como seres sociales, las personas estamos continuamente relacionándonos con otros y a partir de esta interacción aparecen frecuentemente conflictos de mayor o menor gravedad. Por ello, a pesar de la existencia de acuerdos y compromisos en una comunidad, esta no está exenta del conflicto, ya que pueden surgir diferentes intereses dentro del cumplimiento de los acuerdos ya establecidos.
El conflicto está compuesto por una serie de etapas o por una o varias situaciones en las que participan individuos o colectividades, y que a causa de sus intereses, necesidades, ideas o factores se encuentran con desavenencias que afectan la convivencia ciudadana y las relaciones interpersonales entre los vecinos.
El conflicto comunitario afecta a la capacidad relacional de las personas en el ámbito público y es producto de una comunicación deficiente, negativa o violenta entre las partes. Por ejemplo, cuando ocurre una desavenencia entre vecinos que no fue atendida oportuna y debidamente, se generan sentimientos negativos que atentan contra la relación vecinal.
Ello puede derivar en alejamiento del grupo vecinal, proliferación de desacuerdos sin motivo aparente, discusiones, rumores, y en algunos casos llegar al desencadenamiento de hechos de violencia como agresiones verbales o físicas, ofensas, daño en propiedad ajena; hasta llegar a delitos más graves como lesiones u homicidio.
¿Pero qué hace distinto al conflicto comunitario de otro tipo de conflicto? Su peculiaridad radica en que la relación vecinal o comunitaria se basa en la proximidad física con otras personas que no son amigos o familiares, y con quienes se puede o no tener una relación armónica. Esto implica en sí una complejidad social: su coyuntura, lugar de origen, los actores, la raíz de la problemática, los intereses y los mecanismos propuestos para la construcción de soluciones.
Por ejemplo, un grupo de vecinos acuerdan el pago de una cuota para la impermeabilización del edificio. Sin embargo, el conflicto surge cuando se tiene qué decidir por cuál azotea empezar. Posteriormente, surgen más desacuerdos sobre proveedores, costos, tiempos, materiales, entre otros. En este caso y en los conflictos en general, existen una serie de factores que influyen en el desarrollo de la problemática como las emociones y los intereses de cada uno de los actores, los factores económicos o externos, e incluso el aspecto cultural y la identidad que cada actor refleja frente al conflicto.
Por ello, este tipo de conflictos deben tratarse de manera distinta y a través de mecanismos como la mediación comunitaria, que permitan un cambio de paradigma en la solución de conflictos e incentiven el diálogo pacífico y participativo, la generación de lazos amistosos y pacíficos entre los miembros de la comunidad, y que, de manera importante, permitan desactivar de manera temprana el conflicto y evitar su escalamiento.
Entre las causas más comunes de conflictos comunitarios se encuentran las siguientes:
- Ruidos. Son habituales la TV o música a niveles altos hasta altas horas de la noche y en la madrugada, el ruido generado por fiestas o reuniones, el taconeo, el juego infantil, entre otros.
- Uso de elementos y espacios comunes. Las incidencias en espacios que se comparten son comunes, por ejemplo, la limpieza de patios interiores, uso de cajones de estacionamiento, manejo de la basura, maltrato de plantas o instalaciones comunes (elevadores, jardines, amenidades), entre otros.
- Problemáticas con las mascotas. Ladridos, no recoger los desechos y olores por causa de éstos son las principales causas de conflicto.
- Gestion de la comunidad de vecinos. La morosidad en los pagos de mantenimiento, reparaciones y demás gastos acordados, bajo la excusa de la falta de dinero o de llegar a acuerdos.
- Falta de comunicación. Los rumores y la mala comunicación entre los miembros de una comunidad pueden generar malos entendidos y pelea